Si conoces nuestros semifríos, hay 2 sabores que tienen una historia muy familiar. Son los Ángelos. Y su historia se remonta a los momentos en los que el obrador de Guirlache estaba todavía situado en el sótano del establecimiento de la calle Triana.

En el obrador de pastelería, en aquel entonces, trabajaba nuestra tía a la que familiarmente llamábamos tía Angelita. Y de veras que hacía honor a su nombre. Ya puedes ir imaginando por dónde va la historia.

Tenía un don especial con las combinaciones de sabores, de crear, y le gustaba mucho lo que hacía. Por su mano pasaba casi toda la producción de tartaletas de Guirlache en alguna fase de su producción.

Un día nos sorprendió con una original propuesta: 2 nuevas tarteletas, que finalmente se unirían a la ya extensa variedad que teníamos.

Una de ellas, con relleno de nata, nueces y bizcocho, con terminación en Yema Quemada. La otra, con relleno de trufa y bizcocho, y terminación en baño de chocolate. ¿Dónde estaba el punto especial? En el bizcocho: le añadió un pequeño toque de licor de vainilla… y el resultado nos encantó.

En su honor, pensamos llamarlos como ella quisiera, con un nombre que le recordara, y los llamó cariñosamente Ángelos, pero con pronunciación inglesa, como Ányelos.

Ni que decir tiene que nuestra tía Angelita sigue en nuestro corazón, y su obra, como la gran artista que era, sigue presente en Guirlache.

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