A nadie se le esconde que el chocolate es una de las pasiones de quienes trabajamos en Guirlache. Sentimos pasión por el chocolate, por el buen chocolate.
Y muestra de ello es la variedad de productos hechos con chocolate, desde los helados a los rellenos de las tartas, y los deliciosos turrones por la fiestas navideñas. Pero si nos preguntas por una verdadera golosina canaria de chocolate, no podemos dejar de nombrar los Timanfayas y la Roca de Liria. Sus nombres, por supuesto, tienen que ver con nuestra tierra.
Al elegir el nombre de Timanfayas, mi padre y fundador de Guirlache (Aníbal) tuvo muy en cuenta muchas cosas: sus colores, el tamaño, su aspecto agreste. Así que los relacionó con un paisaje que conocía y admiraba: el Parque Nacional de Timanfaya, cuyo picón oscuro da nombre a esta delicia de chocolate negro trabajado con barquillo crujiente, a modo del picón originario de Lanzarote. Y para las Rocas de Liria, se inspiró en el picón procedente de la ya casi desaparecida Caldera de Liria, en el Malpaís Grande de Fuerteventura, zona donde el picón también es abundante, y que por su color da nombre a nuestras rocas hechas con chocolate leche y barquillo crujiente.
Porque el chocolate nos mueve, y nos apasiona, es empezar con un Timanfaya o una Roca de Liria, y no poder parar hasta terminar la caja. Y es que mi padre nos enseñó a admirar el chocolate. Por eso sabemos y reafirmamos que a nadie se le esconde que el chocolate es una de las pasiones de quienes trabajamos en Guirlache.